Llega el fin de las oficinas, ¿Cómo adaptamos las empresas?

El modelo híbrido, que mezcla el trabajo presencial y el remoto, parece ser el elegido en esta “nueva normalidad”. Y con esto, se plantean nuevos desafíos para las empresas.

La tendencia es tan fuerte que incluso 8  Big Tech de Silcon Valley, cambiaron su forma de trabajo y se replantearon ya no volver al modelo presencial. «La era de la oficina como espacio central ha terminado», dijo Tobi Lütke CEO de Shopify. ¿Será así?

Beneficios del trabajo a distancia para las empresas

La pandemia ha provocado un punto de inflexión en las compañías a nivel mundial. En Latinoamérica se están dando los primeros pasos, pero en general, hay mucha improvisación. 

Más allá de las evidentes ventajas que plantea este  tipo de modalidad, nos enfocaremos específicamente en dos aspectos:

Aumento de productividad y satisfacción: De acuerdo a algunos estudios, un 63% de las empresas logró un incremento de la productividad de sus empleados durante el tercer trimestre de 2020. Pero no solo eso, las organizaciones prevén un aumento general de la productividad del 17% en los próximos dos o tres años.  

Cuando un empleado hace trabajo a distancia, puede hacer más tareas de las que hace en la oficina, porque sabe que cuando las termine tendrá tiempo libre para pasar con su familia, amigos o aficiones. 

El tiempo se optimiza porque se trabaja por metas y objetivos, es flexible mejorando así  la conciliación de lo laboral y lo personal.

Otra ventaja aquí es que elimina el ausentismo laboral y contribuye a evitar largos desplazamientos que afectan la calidad de vida.

Se mejora la reputación de la empresa, logrando que los empleados optimicen el tiempo, estén más contentos y motivados.  Y tenemos el plus de que podemos  captar talento de cualquier lugar del mundo, gracias a las tecnologías.

Aumenta la rentabilidad: El teletrabajo reduce los costos en mobiliario e infraestructura.  Si sigue esta tendencia, se reducen las necesidades de espacio de oficinas, y, en consecuencia, los alquileres. Además se ahorra en energía, en conexiones a Internet, en material de oficina y la lista sigue.

Repensar el rol de la oficina: 

Teniendo en cuenta estos beneficios, hoy en día, hay miles de herramientas que nos permiten realizar  de manera remota actividades que siempre pensábamos que eran imposibles. Ya no podemos pensar en volver a la imagen de oficina tradicional, ya no hay vuelta atrás.

Evidentemente no estoy hablando de una fábrica, en donde la producción debe ser realizada de manera presencial-por ahora-. Pero incluso allí, en las manufactureras, el resto de las actividades, administrativas, por ejemplo podrían optar por una modalidad mixta. 

Hay que sacar lo mejor de cada modalidad y ver lo que mejor se adapta con nuestra empresa. La creación de productos, comunicación y gran parte del feedback a los empleados, son actividades que encajan bien en la esfera virtual. 

Sin embargo, para hacer equipo y generar ese espíritu corporativo lo presencial es necesario. Las relaciones sociales son imprescindibles y, aunque esta puede darse en remoto, los beneficios de hacerla de manera presencial son indiscutibles. 

 

La oficina del futuro debe ser como un portaviones: donde se optimice el tiempo para reuniones clave, contacto entre empleados y para cuestiones insoslayables. 

Debe ser principalmente un espacio colaborativo, para socializar y para crear el sentido  de comunidad. 

Tal como dice mi amigo Andrés Silva Arancibia, si la tendencia continúa, como se presume que lo hará, para 2028 el 73 % de los equipos de trabajo tendrá colaboradores remotos. Quizás sea un buen momento  para aquellas empresas que no lo hicieron todavía, empezar a pensar en mudar sus grandes oficinas a espacios de co-working. Y empezar a amigarse con las tecnologías y ver como hacemos la transformación digital.   

Cada empresa  debe redefinir sus compromisos y acuerdos, hacer un balance y revisar su modelo de negocio y adaptarlo a esta nueva realidad que vino para quedarse. 

Repensar el liderazgo

La mayoría de los perjuicios que  nos podemos encontrar en esta modalidad  se refieren principalmente a cuando es la virtualidad está exagerada, o mal gestionada.

Aquí el rol de los líderes  de  la empresa es fundamental: establecer pautas claras de trabajo remoto, y humanizar las relaciones a distancia, son algunas de las claves. 

Poder abrazar esta modalidad depende principalmente de nuestra capacidad de reinventarnos y de sacar el mejor partido de lo presencial y de lo virtual.

El desafío es encontrar el equilibrio adecuado para un enfoque híbrido y cuestionar las estructuras existentes, romper con prejuicios y preconceptos.

Hay que optar por la transversalidad y reinventarse.  

Para eso el cambio debe venir desde arriba y replantearnos el rol de liderazgo. Un verdadero líder debe fomentar la autonomía, incentivar a los trabajadores  a que tomen decisiones, fomentar la empatía y la transparencia. 

Confiar en los empleados y comunicar los valores de la empresa para lograr conexiones más fuertes. 

Debemos repensar la cultura de trabajo con nuevas cosas que nos unan pese a las distancias.

Para ello debemos contar con infraestructura digital adecuada que permita un trabajo digital fluido y que impulse  la eficiencia de nuestros colaboradores.

La oficina como la conocíamos ha muerto. Abracemos la bimodalidad, la transformación ya está en marcha.

 Y vos ¿Qué modalidad aplicaste en tu empresa?

 

7 claves infaltables para generar más productividad en tu empresa con el teletrabajo

La transformación digital vino para quedarse y debemos estar preparados: para el 2028 el 78% de los equipos tendrán trabajadores a distancia. Descubrí cómo dominar el homeoffice en tu empresa y adaptar tu compañía de la manera más eficiente.

El 2020 fue un año bisagra para muchas empresas. El Covid19 obligó  a muchas compañías a adaptar su forma de trabajo a  la virtualidad. Tanto es así que muchas firmas tuvieron que enfrentar este proceso de digitalización  superando muchos obstáculos, sin mayor preparación y de manera casi inmediata. Falta de equipos, software y conexión de calidad, han sido parte de los problemas que los grupos de trabajo han debido enfrentar en el  2020.

Pero no creas que es una moda y nada más. Ya no hay vuelta atrás, no volvemos a lo viejo de antes del 2020. Y . Este nuevo desafío nos obliga a los empresarios a evolucionar y repensar cómo estamos trabajando hoy .

Hacia dónde vamos con el teletrabajo:

Si alguien sabe de esto y comparto muchas de sus ideas es mi amigo Andrés Silva Arancibia, fundador de Flumarketing quien dice, prácticamente 3 de cada 4 empresas van a tener trabajadores de manera remota y se va a  instalar como  la normalidad para el 2027.Viendo las estadísticas incluso, se habla de que para el 2028 el 78% de los equipos tendrán trabajadores a distancia (Upwork, 2020), para eso vamos a tener que estar preparados para  liderar también a distancia. Así que si pensabas que esto era una moda pasajera, debo decirte que estás equivocado.

¿Cómo trabajamos de manera efectiva?

Ya lo sabemos: vamos hacia un mundo híbrido, y el teletrabajo es mucho más que tecnología, es un medio para lograr nuestros objetivos pero requiere de mucha gestión del ámbito humano. Es decir que hay que adaptarse a esta nueva  normalidad, y lograr dominar el teletrabajo de manera efectiva. Para empezar a andar en este camino mi amigo Andrés,  habla de un Modelo de Productividad Laboral a Distancia (PLD) y  da 7 consejos clave para mantener la productividad laboral en el teletrabajo: 

1  Generar acuerdos  con tus colaboradores: 

Regla clara para la vida no solo para lo remoto: todo se pacta de antemano. Porque como dice el dicho cuentas claras….Andrés Silva propone trabajar en tres áreas de compromiso: acuerdos en los tiempos de trabajo remoto, sobre los tiempos de respuesta y de notificación de disponibilidad. En la práctica sería convenir entre las partes ¿Cuándo comienza la jornada laboral?, ¿Cuándo termina?, ¿Cuánto tiempo se tarda en responder? ¿Quién estará disponible? etc. Así hay menos incertidumbre y más certezas.

2  Mantener  un ritmo de comunicación: 

La comunicación debe ser fluida y constante pero no debemos caer en la reunionitis porque perdemos y hacemos perder más  tiempo a nuestros colaboradores en reuniones que cumpliendo sus actividades. Siempre ayuda establecer un ritmo  diario, semanal y mensual y pautar estos encuentros. Esto nos permite tener  menos reuniones  pero más efectivas. Así gestionamos  de la mejor manera el tiempo de todos.

3 Instaurar una cultura de  Lugar-Video-Primero: 

Una imagen vale más que mil palabras y el lenguaje no verbal (expresiones, posturas, gestos) también comunica, por eso el uso de la cámara en las reuniones de teletrabajo es tan o más esencial que el audio. Motiva a tus colaboradores a buscar un lugar tranquilo, cómodo y profesional para las reuniones con un diseño y status similar al usado en la oficina. Y no menos importante, motivarlos a no perder el hábito de vestirse para ponerse en “modo oficina”, por que como dice una famosa conductora: como te ven, te tratan.

4 Humanizar las relaciones  digitales: 

A pesar de que hoy todo esté más sistematizado y digitalizado, es importante hacer sentir bien a nuestros colaboradores. No todo es trabajo, usa algunos minutos para preguntar sobre la vida personal del empleado. Hay que empatizar, reconocer los logros y el buen trabajo, sus esfuerzos e iniciativas. Y no perder el foco sobre lo importante que son ellos, para la existencia de nuestras empresas/organizaciones. Son el pilar de nuestra organización sin mas ni menos.

5 Invertir en tecnología de teletrabajo:

Si quieres sobrevivir en la era digital el kit básico que hay que tener: equipos, software e internet de calidad. Después  hay herramientas de videoconferencia que tienen opciones gratuitas de bajo costo, como Zoom, Meet o Hangouts etc. Las aplicaciones no son la  salvación sino que necesitan de nuestra gestión. Para algo más avanzado puedes optar por  distintos software de gestión de equipos y proyectos. 

6 Considerar los tipos de personalidad existentes en tu equipo: 

Es tarea de la empresa y del líder a cargo, identificar cuál será el mejor cargo para cada colaborador. Como dice Andrés, es indispensable identificar al dominante, influyente, estable y concienzudo. Debemos saber y reconocer si los miembros de nuestro equipo están en un rol donde puedan dar su máximo potencial conociendo sus debilidades y fortalezas.

7 Desarrollar un liderazgo digital remoto:  

Un líder con distancia física  debe ser capaz de utilizar, evaluar, encontrar, crear  y compartir  contenido utilizando las tecnologías de la información y el internet. Debe tener una visión digital  para crear estrategias y presencia haciendo uso de estas herramientas. Pero lo más importante, debe tener un estilo de comunicación que respalde esta presencia y que se adapte: que tenga apertura para explorar y adoptar nuevas tecnologías, estructuras y procesos. Es decir,  un líder capaz  de adaptarse a las nuevas tendencias, que sin lugar a dudas vinieron para quedarse.

¿Ya diste el salto digital en tu negocio? ¿Qué hiciste para adaptarte a esta nueva normalidad?

 

 

¿Cómo se prepara la universidad de hoy para la educación del mañana?

reuniones de trabajo

¿Conocés los verdaderos retos que les depara a las universidades para encarar la transformación digital?. Té voy a contar cómo hacemos desde Nods Education, para afrontar algunos de los desafíos que nos plantea esta nueva normalidad en el aula.

El covid19 irrumpió en nuestra vida y llegó a acelerar un proceso que ya venía en marcha en algunas universidades. Sin embargo, a otras instituciones las agarró desprevenidas, y las llevó a una carrera casi precipitada a la virtualidad.

Para las casas de estudio, se plantearon problemas: la deserción del alumno, la captación del mismo, las prácticas en el aula virtual, la analfabetización digital, etc. Y surge, la vieja e ineludible comparación entre lo online y lo presencial, pero también el repensar el rol del estudiante y el docente en esta nueva realidad.

Lo que hay que comprender es que esta evolución es un proceso, es un viaje y que la digitalización vino para quedarse. 

A ponerse en marcha

El mundo es otro, el alumno cambió. La educación debe también adaptarse a esta nueva realidad. La máquina de la evolución se prendió y no hay vuelta atrás. Y las universidades deben brindar respuestas acorde, porque volver a lo viejo ya no es una opción.

En este sentido, la migración forzada en el 2020 puso en evidencia algunas falencias y nuevos desafíos. Desde la empresa que dirijo, Nods Education, trabajamos por ejemplo con Universidad Kennedy en Argentina, Universidad Católica de Chile, y la Universidad Europea en España, entre otras prestigiosas instituciones del mundo. Y encaramos este proceso de transformación juntos.

Conocemos lo que sucede por dentro, y lo que para algunos fue un problema, para otros fue una oportunidad y la evolución fluyó.

Hay que acompañar todo este proceso de transformación. Porque si hay algo que queda claro, es que siempre hay cosas nuevas para hacer y mejorar.

Por eso, hay que generar propuestas superadoras, adaptadas a este nuevo contexto, teniendo en cuenta la realidad de cada institución y sus posibilidades. Analizar presupuestos, software y las herramientas con las que cuenta para hacer este salto digital.

Trabajar con datos para cumplir sueños

Una de las problemáticas que se le plantearon a las universidades fue, sin duda, la captación del alumno para la modalidad virtual, pero además de atraerlo hay que mantenerlo. Ahí está el verdadero desafío.

En las Universidades de Latinoamérica que están mal gestionadas, la permanencia de los alumnos es un tema crítico, y las cifras hablan por sí mismas: en el primer año se dan de baja cerca del 70 %.

7 de cada 10 alumnos que se inscriben abandonan…entonces ¿Cómo los fidelizamos?: a través de las herramientas y los procesos adecuados. Con el Machine Learning, por ejemplo, tenemos la posibilidad de automatizar y personalizar la comunicación para cada uno de los estudiantes. Así logramos acompañarlos en los procesos de cursado.

Usamos los datos para llegar a las personas: en base a comportamientos concretos podemos, entre otras cosas, saber si el alumno está motivado o desmotivado con la carrera. Medimos rigurosamente la evolución de los estudiantes, evaluando su estado y crecimiento, para poder actuar a tiempo y mejorar su rendimiento.

Entendiendo estos comportamientos por medio del Data Science, vamos tomando contacto con el alumno y logramos que el abandono se reduzca dramáticamente a solo un 15% en algunas de las instituciones en las que trabajamos. Ayudando así a que los alumnos puedan cumplir el sueño de terminar la carrera.

El falso dilema de lo Virtual vs. Presencial

La nueva realidad, nos fuerza a adentrarnos lo antes posible a la educación a distancia, pero todavía nos queda mucho por hacer. Es un desafío, y tenemos que revisar lo que aprendimos el año anterior y hacer un balance. Cuando pensamos en esto, inevitablemente,nos lleva a pensar en lo online con lo presencial como cosas opuestas.

Terminemos con la vieja dicotomía presencial vs virtual. Hay que optimizar el tiempo de lo presencial y sacarle jugo, para complementar saberes que no se pudieron dar o para lograr mejorar la interacción docente/alumno o alumno/alumno.

Se pueden trabajar con proyectos que traspasen el aula, apoyados con la tecnología y técnicas como el flipped classroom. Así se puede optimizar los recursos de clase, y llevar a cabo allí las actividades que impliquen el desarrollo de procesos cognitivos de mayor complejidad.

Si hay algo que nos enseñó la pandemia, es que educar no es solo tecnología y contenido, sino que los vínculos son muy importantes, porque construyen aprendizaje. El desafío está en lograr consolidar una transformación de la educación en donde la tecnología sea un vehículo para lograr conexiones entre personas.

Los docentes como facilitadores y el alumno como protagonista

Se deben reconfigurar los roles, las metodologías y los procesos a las nuevas exigencias.

El docente debe poder transmitir los saberes de manera digital, y que los alumnos puedan aprender. Esto implica formar nuevas competencias y poder transmitir de manera pedagógica con el uso de nuevos recursos. Y, por que no, aplicar las redes sociales.

Los docentes deben ser evangelizadores de estas herramientas y los alumnos deben ser capaces de usarlas para aprender.  

Es importante escuchar a los alumnos para saber si verdaderamente han comprendido. Y hacer a los alumnos protagonistas de su aprendizaje. Hay que empoderarlos para que sean también portadores de conocimientos. Para eso hay que darle las herramientas y promover en los alumnos un espíritu crítico y curioso. Trabajar en proyectos es una forma de aplicar esto, que puedan investigar y encontrar sus propias respuestas.

Los estudiantes deben ser el centro y los verdaderos protagonistas del proceso educativo. Y hacerlos participar activamente es, sin dudas, el motor para potenciar el aprendizaje.

Trabajar en el hoy para pensar en mañana 

Debemos formar alumnos para lo que viene. Hay que instruirlos con una formación acorde a estos tiempos y con las herramientas de hoy. Trabajar las habilidades blandas, y darles las herramientas para que generen un valor agregado. Que pongan de su parte, que apliquen lo aprendido con su singularidad.

Tenemos la gran ventaja de que con la virtualidad no hay fronteras, y podemos formarnos en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento.

Debemos formar alianzas con las empresas, para lograr lanzar programas que formen a la gente para los trabajos que hacen falta hoy o lo que se necesitaran mañana. Para esto hay que fomentar también la interinstitucionalidad entre las universidades.

Que el alumno se adapte al nuevo ecosistema y que encuentre la mejor manera de desarrollarse en esa profesión, debe ser uno de los objetivos institucionales ineludibles. Ya que debe estar verdaderamente preparado para lo que se viene en el mundo laboral.

Es hora que las universidades tracen una nueva hoja de ruta ante este nuevo escenario, en donde el docente cambia y el alumno también.

Se están transformando los espacios de educación y no hay botón de pausa. Debemos acompañar ese proceso evolutivo. El alumno en el centro, el docente como facilitador y pensar en la universidad como el lugar donde se prepara verdaderamente para el mañana.

Quedan 7 años más de Covid: ¿Vas a esperar para adaptar tu negocio?

Parece  que hay pandemia para rato, entonces hablemos de transformación digital. Llegan las vacunas y se asoma una luz de esperanza. ¿Pero volveremos a la ‘normalidad’?.

Digámoslo de una vez: estamos cansados del Covid. Desde el 2020 las cuarentenas, barbijos y cepas, y demás cuestiones científicas  se han vuelto, increíblemente, parte de nuestra vida diaria y no vemos las horas de dejarlas atrás. Vemos lo que está pasando en Europa con el diario del lunes, y tampoco es muy alentador.

Empezamos a medir el mundo en vacunas y comienza la carrera para conseguirlas. El científico estadounidense Anthony Fauci ha sugerido que se necesitará tener del 70 al 85% de la población inoculada -y poder lograr así la ansiada inmunidad de rebaño-para que todo vuelva a la normalidad.

Dado que las vacunaciones ocurren más rápidamente en los países occidentales más ricos que en el resto del mundo, según la calculadora Bloomberg, tomará 7.4 años al ritmo actual inocular a toda la población. ¿Vamos a esperar a que pase?

Barajar y dar de nuevo

En el primer confinamiento éramos todos héroes. Aplaudimos, nos quedamos en casa, desinfectamos todo y, a pesar de los litros de alcohol en gel, ahora sabemos que nos toca otra ola y la aceptamos. Y según las predicciones de los que saben  es algo que no va a terminar en el corto plazo entonces ¿Qué hacemos los empresarios frente a este escenario?

Si algo hizo la pandemia a las empresas es repensarse. Fue un sacudón, pateó el tablero.  Tenemos que pensar que ya no hay vuelta atrás. Puede haber una nueva normalidad en los próximos 7 años, pero hay que pensar que esto no tiene retorno.

Lo que nos invita a poner el foco en el futuro y entender que tenemos puntos a trabajar.

Es  por eso que, para poder acompañar este proceso evolutivo de nuestra empresa en los tiempos que corren y no morir en el intento debemos parar la pelota y ver como estamos haciendo las cosas.

Es una oportunidad para hacer las cosas distintas.

Debemos replantear nuestro modelo de negocio a esta nueva realidad, en donde cambia el escenario y cambian nuestros buyer persona, cambia la gestión y los modelos que aplicamos. En donde transformarme no es otra cosa que adaptarme a las necesidades del momento, a lo que me pide mi entorno.

Dar el salto a la transformación digital no es sólo inevitable en el proceso evolutivo de mi empresa, sino el único que queda si quiero sobrevivir, porque las empresas que no lo hagan van a desaparecer. 

Primera a fondo, pero con disfrute

Nos quedan  al menos 7 años, quizás más, quizás menos. Y debemos vivir la transformación digital de nuestras empresas como un proceso constante,  como un viaje no un destino.

Ahora bien, una vez que aceptamos que la transformación es el camino debemos, ver qué herramientas necesitamos para empezar a lograrlo y que presupuesto voy a necesitar. Ahí debemos analizar: qué necesito hoy y tratar de prever con qué tipo de desafíos me voy a encontrar a futuro.

Ver la transformación digital como una estrategia de mi negocio es la clave para hacerla sostenible en el tiempo. Para eso hay que repensar la forma en que vendemos. Para eso debemos verificar los canales que usamos y focalizarnos en la experiencia del usuario y satisfacer sus necesidades.

Pero nunca perdamos  de vista que el éxito de la transformación digital depende del grupo humano. Podemos tener  el GPS  para nuestro viaje –tecnología y plan de negocios-, pero los mejores copilotos para esta aventura son las personas que trabajan  en mi empresa. 

Ahora es tiempo de arrancar, apretar el acelerador y mirar el camino que nos queda recorrer.

Siempre hacia adelante, porque de esto va a depender el éxito de tu empresa en los próximos años. Disfrutemos el viaje.

Estamos viviendo una nueva realidad que ha venido para quedarse. ¿Vas a evolucionar?¿O vas a esperar 7 años para volver a la normalidad? 

              

Cómo encarar la transformación digital y no morir en el intento…

La pandemia nos obliga a adaptarnos a una nueva forma de vivir, de trabajar y ya no hay vuelta atrás. Te recomiendo 5 ejes para poder acompañar el proceso evolutivo de  tu empresa a  los tiempos que corren y no fracasar. 

Definimos la transformación digital como todos aquellos procesos y dinámicas de trabajo que necesitamos  para que nuestra empresa evolucione. Y es el eje de la agenda principal de las organizaciones de todo el mundo, especialmente para Latinoamérica para este 2021. Esto nos invita y conlleva  a pensar nuevos cambios de paradigmas y  nuevas inversiones. 

Cuando hablamos de procesos y dinámicas para adaptar o no nuestro negocio, no  nos referimos a cosas complejas como la robótica, Big Data o la inteligencia artificial. Sino que estamos hablando de cosas más simples: cómo nos comunicamos con nuestros clientes, cómo respondemos el Whatsapp de mi empresa o el Facebook, y  hasta cómo gestionar el talento humano de mi organización. 

Tenemos que pensar que ya no hay vuelta atrás. Puede haber una nueva normalidad, pero hay que pensar que esto no tiene retorno. Lo que nos invita a poner el foco en el futuro y entender que tenemos puntos a trabajar. Es  por eso que,  para poder acompañar este proceso evolutivo de transformación digital  de nuestra empresa en los tiempos que corren y no morir en el intento, recomiendo 5 puntos

1.Trabajar la resistencia al cambio de nuestros colaboradores:

 Esto empieza primero por arriba, por los CEO. Si  los directivos no estamos  listos para darle la mano a la evolución y entender   que tenemos que cambiar las viejas formas con las que trabajábamos hace 1 año, no podemos pedírselo a nuestros colaboradores. Los  principales gestores del cambio son  los SEO de la empresa, la transformación va siempre desde arriba hacia abajo. 

El punto de partida en esta resistencia el cambio es que nosotros los directivos debemos promover esta nueva realidad y acompañar con acciones.

Pero además de este contagio evolutivo vertical, debemos entender que el pilar fundamental de las empresas son las personas: empecemos a ser conscientes  de cómo trabajamos con nuestros equipos de trabajo, y comprender  que hay un nuevo mundo. Si hoy estoy haciendo una videollamada y veo a un niño corriendo no me va a afectar, es algo natural. Una de las cuestiones  más valoradas por las personas  es el tiempo, el estar con nuestra familia.  El tiempo de nosotros tomó un valor muy importante en estos  meses. 

Nuestros hábitos como consumidores han cambiado y  este tipo de situaciones ya son una corriente del fluir del trabajo. Entonces, cómo directivos de las organizaciones debemos ser conscientes que estos hábitos van a madurar y que tenemos que darle la mano, no luchar contra ellos.

2.Inversión en los canales

Si bien no es algo nuevo y la pandemia forzó esta transformación, tenemos en Latinoamérica empresas que recién están  aterrizando en lo digital. Y eso requiere, entre otras cosas: equipos, inversión, capacitación. E implica revisar nuestro buyer persona, revisar el tipo de cliente ideal y comprender sus nuevos hábitos en este  2021.

Esto es fundamental para poder  organizar la inversión y la profesionalización de nuestros canales digitales. ¿Dónde están estos clientes? ¿ Dónde los encuentro?, tomen las empresas  que tienen de referencia y revisen cómo interactúan  hoy con ese buyer , para saber el estereotipo de consumidor al que queremos apuntar :ese cliente que  hace click en mi anuncio y compra en mi empresa.

3.Definir qes Innovación para nosotros y para nuestros colaboradores.

Hay que  buscar un punto en común para interpretar entre todos qué vemos y qué entendemos por innovación. Para esto un tip muy sencillo,es conocer lo que están haciendo las empresas de mí mismo rubro en países más avanzados. Lo que debo hacer es un research de las empresas que se dedican  a lo mismo  e investigar  qué están  haciendo las compañías  que están a  la vanguardia a nivel mundial. Creo que este puede ser un buen punto de partida muy sencillo para ponernos a hablar  de innovación y  ponernos de acuerdo con nuestros colaboradores.

4.Revisar mi Modelo de Negocio en esta nueva Modalidad

Un buen punto de partida para empezar  este camino de la transformación digital  y pensar otras dinámicas, es ver lo que hacen las empresas más avanzadas. 8 meses atrás Google y Facebook comunicaron que sus colaboradores no van a volver a trabajar en sus edificios corporativos.

Esto marca una tendencia, y hoy las mejores empresas del mundo en todas las organizaciones están revisando cómo van a  adaptar sus oficinas para los tiempos que vienen. 

La tecnología dejó de ser algo de tecnólogos, pasó a ser algo de todos. Hoy todos los habitantes del mundo somos  un poco coronials porque somos de la generación del coronavirus. Tuvimos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, de trabajar y ya no hay vuelta atrás. 

Todo se transforma: cambia nuestro consumidor,  los canales de comunicación y la realidad de nuestros colaboradores .  En este nuevo escenario,  debemos repreguntarnos quién es nuestro cliente hoy  y en qué canales lo encuentro.

Tener eso claro me permite  entender otros elementos  clave  de mi Modelo de Negocio como la puesta de valor y las inversiones que tengo que realizar que  también son distintas. Por eso  hay que revisar una y otra vez  nuestro Modelo de Negocio hasta cansarnos. Ya no vuelve el modelo viejo de 12 meses atrás.

5.Presupuesto  e Inversión 

Cuando  pensamos en esto siempre nos genera miedo. Para no asustarnos, pensemos ese presupuesto en etapas, marcando puntos de prioridad. Y estemos tranquilos, porque ya con que demos un primer paso ya vamos a estar evolucionando.

Ya incorporando  una herramienta tecnológica o  dos, o empezando a entender cómo trabajar colaborativamente con nuestro equipo, ya vamos a estar un paso adelante.  No tengamos miedo de pensar en un presupuesto  dividido en fases, como estos 4 puntos que mencione, para poder armar y organizar un plan de trabajo.

Pero tengamos algo claro: no existe  transformación digital, no existe el repensar dinámicas y procesos de trabajo para adaptarnos a los tiempos que corren  si el CEO no está chipiado que en este momento lo más importante son las personas y los colaboradores de nuestras empresas. 

Debemos ser conscientes que todos estos cambios que estamos viviendo  nos permiten repensarnos.

Hay que hacer un bollo a la vieja hoja de ruta, tirarlo a la basura y volverlo a realizar. Porque esta nueva realidad ha venido para quedarse. 

¿Ya diste el primer paso en  la transformación digital en tu empresa? ¿Qué hiciste para evolucionar y adaptarse a esta nueva realidad?