Parece que hay pandemia para rato, entonces hablemos de transformación digital. Llegan las vacunas y se asoma una luz de esperanza. ¿Pero volveremos a la ‘normalidad’?.
Digámoslo de una vez: estamos cansados del Covid. Desde el 2020 las cuarentenas, barbijos y cepas, y demás cuestiones científicas se han vuelto, increíblemente, parte de nuestra vida diaria y no vemos las horas de dejarlas atrás. Vemos lo que está pasando en Europa con el diario del lunes, y tampoco es muy alentador.
Empezamos a medir el mundo en vacunas y comienza la carrera para conseguirlas. El científico estadounidense Anthony Fauci ha sugerido que se necesitará tener del 70 al 85% de la población inoculada -y poder lograr así la ansiada inmunidad de rebaño-para que todo vuelva a la normalidad.
Dado que las vacunaciones ocurren más rápidamente en los países occidentales más ricos que en el resto del mundo, según la calculadora Bloomberg, tomará 7.4 años al ritmo actual inocular a toda la población. ¿Vamos a esperar a que pase?
Barajar y dar de nuevo
En el primer confinamiento éramos todos héroes. Aplaudimos, nos quedamos en casa, desinfectamos todo y, a pesar de los litros de alcohol en gel, ahora sabemos que nos toca otra ola y la aceptamos. Y según las predicciones de los que saben es algo que no va a terminar en el corto plazo entonces ¿Qué hacemos los empresarios frente a este escenario?
Si algo hizo la pandemia a las empresas es repensarse. Fue un sacudón, pateó el tablero. Tenemos que pensar que ya no hay vuelta atrás. Puede haber una nueva normalidad en los próximos 7 años, pero hay que pensar que esto no tiene retorno.
Lo que nos invita a poner el foco en el futuro y entender que tenemos puntos a trabajar.
Es por eso que, para poder acompañar este proceso evolutivo de nuestra empresa en los tiempos que corren y no morir en el intento debemos parar la pelota y ver como estamos haciendo las cosas.
Es una oportunidad para hacer las cosas distintas.
Debemos replantear nuestro modelo de negocio a esta nueva realidad, en donde cambia el escenario y cambian nuestros buyer persona, cambia la gestión y los modelos que aplicamos. En donde transformarme no es otra cosa que adaptarme a las necesidades del momento, a lo que me pide mi entorno.
Dar el salto a la transformación digital no es sólo inevitable en el proceso evolutivo de mi empresa, sino el único que queda si quiero sobrevivir, porque las empresas que no lo hagan van a desaparecer.
Primera a fondo, pero con disfrute
Nos quedan al menos 7 años, quizás más, quizás menos. Y debemos vivir la transformación digital de nuestras empresas como un proceso constante, como un viaje no un destino.
Ahora bien, una vez que aceptamos que la transformación es el camino debemos, ver qué herramientas necesitamos para empezar a lograrlo y que presupuesto voy a necesitar. Ahí debemos analizar: qué necesito hoy y tratar de prever con qué tipo de desafíos me voy a encontrar a futuro.
Ver la transformación digital como una estrategia de mi negocio es la clave para hacerla sostenible en el tiempo. Para eso hay que repensar la forma en que vendemos. Para eso debemos verificar los canales que usamos y focalizarnos en la experiencia del usuario y satisfacer sus necesidades.
Pero nunca perdamos de vista que el éxito de la transformación digital depende del grupo humano. Podemos tener el GPS para nuestro viaje –tecnología y plan de negocios-, pero los mejores copilotos para esta aventura son las personas que trabajan en mi empresa.
Ahora es tiempo de arrancar, apretar el acelerador y mirar el camino que nos queda recorrer.
Siempre hacia adelante, porque de esto va a depender el éxito de tu empresa en los próximos años. Disfrutemos el viaje.
Estamos viviendo una nueva realidad que ha venido para quedarse. ¿Vas a evolucionar?¿O vas a esperar 7 años para volver a la normalidad?